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Umbracle (Cannes 1972)
1972
Jonathan Rosenbaum

Por segundo año consecutivo, el filme más audaz que he visto en Cannes ha sido el trabajo de Pere Portabella. Umbracle (1972), una declaración polifacética de desesperación política frente a la España franquista que se presenta bajo una apariencia mucho más ambiciosa e indefinida que el filme Vampir-Cuaducuc (1970) del año pasado e incluso, más difícil de clasificar. La imaginaria espectral y espeluznante de Vampir-Cuadecuc –imágenes ligeramente sobreexpuestas con tonos blancos y grises sangrantes, donde la luz casi parece proceder de otra edad u otro planeta– pervive, en parte, en el nuevo filme, cuando Christopher Lee realiza viajes alucinantes por Barcelona, o visita museos de pájaros disecados en jaulas de cristal.

La evolución mostrada por Portabella en sus tres obras – desde Nocturno 29 (1968) hasta Vampir-Cuadecuc (1970) y Umbracle revela el nacimiento y las cualidades de uno de los estilos más personales del cine actual. ¿Cómo podemos clasificar estos filmes? ¿Son películas de terror, declaraciones políticas, estudios formales de la relación entre sonido e imagen, homenajes al cine mudo, ensoñaciones personales o retratos lacónicos de la España contemporánea? Hasta cierto punto, cada una de las obras de Portabella es un compendio de todo esto. Umbracle, por su parte, es el film de Portabella más conmovedor y más conseguido hasta la fecha. Aquí encontramos una síntesis de los mejores logros de sus producciones anteriores, ya que une la libertad y la variedad de Nocturno 29 (del que este es, en muchos aspectos un remake de mayor calidad) con el rigor y la simplicidad de Vampir-Cuadecuc.

Incluso si Umbracle es el más provocador de sus filmes, también es el que mejor admite el análisis y la paráfrasis. La dicotomía ingeniosa y la dialéctica entre el sonido y la imagen en Vampir-Cuadecuc va más allá, hasta convertirse en un golpe agresivo a las expectativas narrativas del inconsciente del/la espectador/a. La rutina infinita de las mujeres y de la música parece suspendida y muestra una enorme analogía con la España contemporánea y el esfuerzo de Portabella para salir de este círculo vicioso se convierte en el ímpetu que se vislumbra detrás de las energías impulsoras y torturadas del filme.

Información

Fragmento sobre la película Umbracle incluido en el artículo que Jonathan Rosenbaum realizó durante el Festival de Cannes de 1972 para The Village Voice. El artículo, Surprises at Cannes: Huston redeemed, Tashlin reincarnated, publicado el 29 de junio de 1972, puede leerse íntegramente en inglés en la web del autor.

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